Más allá del libro: la esencia de YODO
Lo que YODO Editorial ofrece no cabe en una ficha técnica. No se mide solo en páginas, gramajes o formatos. Nuestro producto más valioso no es el papel, ni siquiera la imagen o el texto. Lo que realmente entregamos es una sensación: esa mezcla entre pertenencia, orgullo, descubrimiento y belleza que aparece cuando abrís un libro y sentís que te habla.
Porque cada título de YODO es una invitación a volver a observar lo cotidiano, lo propio, lo que parecía invisible. Es una forma de detener el tiempo, de rendirle homenaje a lo que somos: el café compartido, los oficios que resisten, la tierra que cuida, las palabras que heredan.
Nuestros libros son objetos bellos, sí, pero sobre todo son puentes.
Puentes entre generaciones, entre turistas y locales, entre lo simple y lo sagrado.
Lo intangible que ofrece YODO es ese momento en que alguien abre un libro y sonríe con nostalgia. Es el silencio que se hace en la sala cuando una imagen lo dice todo. Es la conversación que empieza con “yo también me acuerdo de eso”. Y es la certeza de que, al narrarnos a nosotros mismos con cuidado y con arte, también estamos cuidando algo mucho más grande: nuestra cultura, nuestra voz, nuestro tiempo.
Tierra de café
Cada taza de café tiene una historia de contar.
En Costa Rica, el café no es solo una bebida: es un ritual, un gesto de afecto, una pausa compartida. Es la forma en que decimos bienvenido, te extrañé o quedate un rato más. Está en las celebraciones y en lo cotidiano, en las madrugadas campesinas y en las conversaciones de sobremesa.
Este libro es una invitación a descubrir el café como espejo de una cultura. A través de imágenes, relatos y memorias, Tierra de Café recorre los caminos del grano desde la tierra hasta la taza, y se detiene —sobre todo— en las personas que le dan sentido. No se trata solo de técnicas o variedades, sino de historias. Exploramos cómo se prepara: desde el chorreadorque acompaña los desayunos de antaño hasta los métodos más contemporáneos, porque cada forma de preparar el café es una manera de contarnos que esta bebida une generaciones, construye comunidades y da identidad a un país entero. Porque en cada sorbo hay más que sabor. Hay raíz, hay ritual, hay vida.
Porque Costa Rica no solo produce café: lo vive.
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